한국국제교류재단

250 se adentró en el trot hace diez años, tras comprar una cinta en una gasolinera de la autopista mientras volvía a Seúl. Al inicio solo quería divertirse remezclando esa música en sus actuaciones como DJ, pero lo que empezó como un caprichoso giro del dial pronto pasó a algo más serio al mezclar Trot con EDM.

Trot es la forma abreviada de foxtrot, el baile de salón que influyó en el ritmo del trot. Sus letras e inflexiones vocales evocan los sentimientos de tristeza, romance y alegría que experimentan los coreanos. Es el estilo de música pop más antiguo de Corea y gente de todas las edades lo reconoce instantáneamente. Pero hasta hace poco en gran medida era ignorado y desechado como algo vasto y vulgar.

El nombre ppongjjak parodia y autocritica el término onomatopéyico kungjjak, que imita el sonido de los tambores coreanos. El “ppong” por sí solo evoca imágenes obscenas, y rara vez se menciona en conversaciones cotidianas. Fue título de una popular película para adultos de 1986 y vulgarmente alude a las drogas. “Es gracioso, extraño, oscuro… Una sola sílaba ‘ppong’ alberga complejos y multifacéticos símbolos y emociones”, afirma 250.

Quedo con 250 en Yongsan, un distrito en el centro de Seúl que solía ser enclave de expatriados. Hoy día, su ambiente retro atrae principalmente a jóvenes coreanos y turistas extranjeros. Sentado en su estudio, con su característica expresión seria, 250 recuerda su “¡momento Eureka!” al experimentar con formatos que pudieran funcionar con el trot. Le llegó mientras veía La ventana indiscreta, un thriller de Alfred Hitchcock de 1954 que trata sobre un hombre en silla de ruedas que pasa su tiempo observando a sus vecinos del patio de enfrente.

Después de verla, 250 escribió una canción y le puso el nombre de la película. “Sentí como si la música ppong y no ppong se miraran a través de una ventana transparente”, explica 250. Esa ventana metafísica es clave para comprender el mundo musical de 250.

250 se graduó en producción de música cinematográfica en la Universidad Hanseo. Al principio componía música para telenovelas y trabajó como DJ en Cakeshop, un reconocido club nocturno y templo de música electrónica del barrio Itaewon, en Seúl. Fue entonces cuando 250 compró esa cinta de trot que cambió su trayectoria musical.

A medida que los clubbers hablaban de un DJ que pinchaba música excéntrica, 250 comenzó a captar más atención. Al poco tiempo, SM Entertainment le encargó remezclar la música original de los principales grupos de K-pop, y también produjo “Everywhere” y “Flight” para el popular rapero E SENS.

En 2018, 250 lanzó una serie al de bajo coste llamada ‘A la búsqueda del Ppong’. La respuesta de la industria musical fue alegre y dijeron: “Es tan bueno produciendo comedia como creando ritmos”.

Los sencillos “Rear Window” y “Bang Bus” causaron revuelo en 2018 y 2021, respectivamente, y cuando en marzo de 2022 lanzó Ppong, su álbum de debut, crítica y público respondieron con entusiasmo a su creatividad musical. Tardó años en preparar el álbum, tiempo que 250 dedicó casi exclusivamente a escuchar trot y a buscar artistas famosos de trot para grabar sonidos que rememorasen la guerra, la división, la desesperación y la nostalgia de la Corea del siglo XX.

250 asume que el ppongjjak es “la banda sonora” de la esfera cultural coreana, y lo compara al hip-hop de Nueva York o al funk de favela de Río de Janeiro. “Esas canciones de hip-hop que usan equipos rudimentarios para reproducir músicas grabadas hace tiempo por grandes intérpretes, o por una orquesta de 50 músicos, tienen un encanto singular. Igual sucede con el ppongjjak”, resalta 250.

Mientras exploraba el ppongjjak descubrió el vínculo con la cultura gastronómica coreana. “Los coreanos tienden a disfrutar de platos picantes, como estofado de kimchi o jeongol (olla caliente). Sólo se sienten satisfechos si su comida está caliente y picante. Hace poco estuve en Bélgica una semana y al volver fui directo con mi gerente a comer un estofado de kimchi. Al igual que algo picante y emotivo resuena más entre los coreanos que algo suave, la dinámica del ppongjjak parece atraerles. Es una música muy adictiva, pues combina de forma sencilla sonidos decididamente tristes con algo animado”.

La definición del ppong de 250 continúa evolucionando. “El ppongjjak es como los fideos ramyeon que todo coreano conoce. Cuando estás haciendo un guiso de kimchi y sientes que falta algo, le agregas un poquito más de ese polvo picante, ¿verdad? No es muy sofisticado, pero ese sabor familiar y reconfortante perdura en el paladar. Es la última pieza del rompecabezas que todos los coreanos buscan cuando algo anda mal”.

La popularidad de 250 llegó en paralelo a la tendencia retro en Corea, que incluye música, ropa y dispositivos antiguos. En general, la música trot ha resurgido en los últimos años.

Tiene algo familiar pero desconocido, algo pasado de moda pero actual… Ese algo propio y misterioso que 250 añade al ppong es lo que enloquece a fanáticos, adolescentes y veinteañeros. Sorprendentemente, son los más alejados del siglo XX, cuando el trot estaba tan vinculado a la vida diaria de los coreanos.

Además de sus intereses musicales, 250 también adora otras cosas de la “vieja escuela”. Siente fascinación por esas escenas de acción que desafiaban la lógica en las películas de Hong Kong de los años ’70 y ’80, como The Fearless Hyena (1979), una de las primeras obras de Jackie Chan.

“Algún día intentaré crear música para películas. Me interesan especialmente aquellas que requieren concentrarse intensamente en el sonido, como Un lugar tranquilo (2018), películas de gran formato como Inception (2010), o películas famosas por sus bandas sonoras, como en las que participó el ya difunto compositor y director musical Ennio Morricone”.

Su al ‘A la búsqueda del Ppong’ llegó a la pantalla grande por primera vez en el Festival Internacional de Cine Fantástico de Bucheon 2023.

“No sigo un modelo concreto, musicalmente quiero probarlo todo, como el gran Quincy Jones o el compositor y músico Ryuichi Sakamoto, recientemente fallecido”.

El próximo trabajo de 250 llevará ‘América’ por título. “Tras explorar la música coreana con el ppongjjak, es hora de explorar la música estadounidense. Quizá sea un álbum para rememorar esas fantasías de Estados Unidos que admiraba en mis días escolares y la música americana que disfrutaba entonces”. Al margen de lo que cocine a continuación, 250 continuará agregando su toque con ingredientes únicos.

250 juega con el nombre real del artista, Lee Ho-hyeong, similar a pronunciar los números 2, 5, 0 (ee-oh-yeong) en coreano. Pero contrariamente a sus expectativas, la mayoría de la gente usa la pronunciación alternativa de cero y pronuncia 250 como “ee-oh-gong”.
© CENTRO DE ARTES ESCÉNICAS DE SEJONG

Con Ppong, su álbum de debut, 250 obtuvo cuatro galardones en los 20º Korean Music Awards. Pero para él lo más significativo fue ganar en las categorías de Mejor Canción Electrónica y Mejor Álbum Electrónico, pues reconocían a Ppong como música electrónica.
© Beasts And Natives Alike