Counsel Culture, de Kim Hye-jin, parece una novela de nuestro tiempo. La protagonista, Haesoo, se presenta a través de una carta que escribe a un periodista al que acusa de difamarla. Pero la carta queda a medias, como casi todas las que escribe a lo largo de la novela. No buscan tanto transmitir sus pensamientos, sino que más bien son un “intento de autoengaño”. A medida que se desarrolla la historia sabemos que Haesoo, como terapeuta e invitada habitual a programas de entrevistas, hizo un comentario guionizado sobre cierto actor. Una voz más en un mar de voces, pensó. Pero el actor se suicidó, poniendo patas arriba su existencia. Ahora vive a la sombra de la muerte del actor, después de que las hordas de Internet la responsabilizaran a ella y a otras personas.
Haesoo creía comprender el poder del lenguaje y se enorgullecía de sus habilidades para la comunicación interpersonal, pero ahora se ve obligada a enfrentar que aún le queda mucho por aprender. Se encierra en sí misma, temerosa de que cualquier interacción humana la lleve a la exposición y a la recriminación. Entonces, conoce a una chica de su barrio llamada Sei que sufre acoso entre sus compañeros de balón en el colegio por ser gorda y lenta, y también a un gato callejero llamado “Turnip” que necesita desesperadamente ser rescatado. ¿Salvará a “Turnip” de una muerte lenta y dolorosa en la calle? ¿Ayudará su amistad con Sei a superar sus dificultades a la joven? Y quizá lo esencial, ¿logrará Haesoo aceptar su propia situación y redescubrir por qué inicialmente quería ser terapeuta?
Hay muchas miradas para aproximarse a Counsel Culture. Una de ellas es la de los círculos morales. Mientras Haesoo se pregunta qué pensarán los demás de ella, paseando con una trampa e intentando capturar a un gato callejero, reflexiona sobre la «línea entre las cosas que requieren y no requieren su atención», una línea que antes era firme y clara pero que se ha difuminado desde el incidente. En ese momento, Haesoo percibe el difuminar esa línea como un signo de su confusión, pero en realidad podría indicar algo sobre su círculo moral – o sobre la línea que traza entre los seres que merecen consideración moral y los que no- que se está ampliando. Es imposible no atar cabos y reflexionar sobre la ironía de nuestro mundo moderno, donde estamos más conectados que nunca gracias al poder de Internet y las redes sociales, pero al mismo tiempo a menudo nos sentimos terriblemente aislados, y percibimos a los otros en línea no como a personas o seres morales, sino como entidades sin rostro que no merecen nuestra atención, más que un gato callejero maullando en un descampado.
Tan ingenioso título en inglés juega con la similitud entre “cancelar” y “aconsejar”, destacando otro aspecto importante de la historia, pero el título original coreano es Gyeongcheong, que significa “escuchar atentamente”. Quizá sea eso lo que necesitamos: el deseo de no difundir nuestro punto de vista, sino la voluntad de escuchar. Así, Counsel Culture ofrece al lector atento mucho que escuchar.